martes, 25 de octubre de 2011

... Saigoneando

Nos quedamos por Saigón... Así que seguimos, llegamos en un bus desde Dalat, lo cogimos a mediodía porque se avecinaba tormenta, así que después de 7 horas de viaje en el bus que nos gusta llegamos a Saigón. Tardamos un poco en encontrar hotel, pero una vez en la habitación ya estabamos organizando lo que íbamos a hacer. Creo que esto estaba explicado ya.

A la mañana nos levantamos a una hora decente, bajamos a desayunar ya que estaba incluido y la verdad, el desayuno era bastante pobre. Un plato con frutas (no muy allá) y luego elegir entre trotilla con pan, huevos fritos con pan o poco más, bueno y un café. Optamos por la tortilla y al acabar empezamos la ruta.

Por la mañana tocaba coger el bus 1 de linea metropolitana que nos dejaría en Cholón, es algo así como el chinatown de Saigón, pero tiene la peculiaridad de que puedes encontrar cantidad de pequeños templos en calles muy cercanas, por lo que la mañana iba de templos! Al principio nos llamaron la atención la decoración y algunas peculiaridades mas, pero conforme iban pasando los templos, íbamos teniendo la sensación de que empezaban a ser todos iguales, así que decidimos ir en busca del mercado de hierbas tradicional y bueno... Lo encontramos! Pero eran cuatro calles con un olor a especias que llegaba a saturar (nos recordó un poco a Marruecos) así que rapidamente desaparecimos de allí, directos a una parada de bus que nos devolviese al centro de Saigón, el autobús es realmente barato 0,10€ y por lo menos la linea 1 estaba bastante bien.

De vuelta al gueto teníamos que buscar algo para comer, así que estuvimos buscando algo hasta que empezó a llover y nos metimos en el primer local decente que encontramos, una comida rápida y a seguir danzando que todavía quedaba mucho. Habíamos vista una ruta a pie en la "Lonely" que era por nuestro barrio y por el del al lado que es algo así como la zona pija, por lo que ese era nuestro plan de la tarde.

Salimos desde nuestro hotel, donde se alojaba toda la gente joven y mochileros, la primera parada fue en un mercado lleno de baratijas e imitaciones, además de bisuteria y de casi todo lo que quisieses. Era un mercado cerrado, pero muy estrecho y lleno de gente, hacía un calor terrible, por lo que estar un breve rato mirando nos dirigimos a la siguiente parada, una cafetería en la zona pija donde se supone encontraríamos buenos crepes y helados, no estaba mal, pero no era para tanto. Una vez más pusieron un poco lo que les vino en gana.

Seguimos con la caminata hacia la fachada del teatro principal de Saigón, muy chula la verdad, pero no había tiempo para entretenerse, la siguiente parada era la fachada del hotel Le Ville que es un edificio de estilo francés o algo así (no lo recuerdo bien) y ahora es un edificio del Estado. Seguimos dando una vuelta pero se nos hacia tarde y regresamos al hotel para darnos una ducha rápida y salir a cenar... Pensamos en ir a Hard Rock Café por aquella de ponernos las botas cenando y ver el precio de las camisetas, pero... Lo vosotros sabéis dónde está? Pues nosotros pensábamos que sí, pero tampoco! Además nos faltaba la por ver la Catedral de Notre Dame y el Palacio de la Reunificación que había sido el Palacio Presidencial de Vietnam del Sur hasta que los comunistas entraron en Saigón. Así que vimos los que nos faltaba después de mucho caminar, tanto caminar que a Natalia se le rompieron las sandálias, mentira! Retrocedo...

Por la mañana íbamos andando por la calle cuando un amable zapatero vietnamita se acerca a nosotros para decirnos que si le ponía pegamento en la sandália porque la llevaba rota, la respuesta fue un NO! Pero claro... Conforme pasaba el día, aquello se desgastaba. Pero lo curioso es que a mitad tarde regresando al hotel para ducharnos empezó a ponerse feo el tema, la sandália problemática ahora era la que supuestamente estaba bien! Así que volvimos a hacer parada en el mercado, con la sandália medio rota, para intentar comprar algún calzado con los que recorrer los 500 metros que nos separaban del hotel. Nada más entrar sentaron a Natalia en un silla y empezaron a probarle todo tipo de calzada y todo tipo de tallas, porque por raro que parezca alguna 41, era más pequeña que una 38 y lo diseños dignos de... Ni siquiera sé si eran dignos!
Así que volvimos como pudimos y a la vuelta empezó nuestro otro viaje, el viaje en "cholas" (chanclas para una chica canaria que conocimos).

Después de caminar y no encontrar el Hard Rock, fuimos a un Pizza Hut que encontrámos de camino y después de la paliza que llevávamos estábamos muertecitos de hambre.

Para acabar el día dimos una vuelta nocturna por la ciudad y fuimos a domir que al día siguiente íbamos a Can Tho para ver el Delta del Mekong y los mercados flotantes.

Sigue con el siguiente post

1 comentario:

  1. Un pizza hat to waaaaaapoooooo jajajajajaja
    El rubio :)

    ResponderEliminar